Tenemos mucho por hacer y muy poco tiempo para conseguirlo.
El pasado 31 de octubre de 2021 se llevó a cabo la Conferencia de las Partes sobre el cambio climático (COP 26). Esta cumbre estaba prevista para el año 2020. Sin embargo, el COVID obligó a cancelar miles de encuentros internacionales, como sucedió con esta COP.
La COP 26 duró 2 semanas y en ella participaron los principales jefes de Estado y presidentes de gobierno, además de miles de diplomáticos de todo el mundo. La conferencia se llevó a cabo con el fin de concretar acciones que permitieran hacer efectivo el Acuerdo de París.
¿Qué se habló en la reunión? ¿Los países lograron establecer objetivos claros y acciones concretas? ¿O es que solo fue otro conjunto de discursos sin ningún impacto positivo a futuro? ¿Y cuál fue el rol de la industria de la moda?
Vamos por partes.
Los resultados de la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático, COP26
Para empezar, la COP26 inició con la presión de los resultados del último informe del IPCC. El informe reafirma el enorme impacto que tenemos en el clima y muestra más detalles de los efectos que viviremos en cada región, también en América Latina. También reafirma la importancia de mantener la temperatura global por debajo de 1,5 grados centígrados tal y como se acordó en el Acuerdo de París. Antes de iniciar la conferencia, los países entregaron las Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC) a la comisión pruebas cuantitativas de sus emisiones así como qué medidas se tomarán para mitigarlas.
Para poder comentar lo visto en la COP 26, es necesario ver cómo está la situación hasta el momento. Veamos algunos puntos que muestran nuestra situación actual:
- Al día de hoy, ya hemos superado los 1,1 grados respecto de los niveles pre-industriales.
- Para conseguir mantener el aumento de la temperatura a no más de 1,5 grados, es necesario reducir un 45% las emisiones para el 2030.
- Según Climate Action Tracker, las reducciones comunicadas por los países en las Contribuciones Determinadas a nivel nacional constituyen tan solo el 17% de las reducciones necesarias. Esto supondría un calentamiento global de 2,4 grados para final de siglo.
- The Washington Post ha realizado un examen de 196 informes de países y revela que existe una enorme brecha entre lo que las naciones declaran que son sus emisiones y los gases de efecto invernadero que están enviando a la atmósfera. Esto significa que las estimaciones de los anteriores puntos pueden ser completamente erróneos
Como se puede observar, a pesar de las reuniones previas, tenemos mucho camino por recorrer para reducir el nivel de emisiones de CO2 y más aún para poder generar un impacto positivo en el clima mundial.
Respecto a la COP 26, es complicado lograr resumir todo lo expuesto en un medio como este. Es por eso que te dejo aquí un excelente artículo de la Doctora Rosa M. Fernández Egea, que resume muy bien lo ocurrido en esta COP. Conocerás los contenidos del Paquete Climático de Glasgow , qué oportunidades hemos dejado escapar y qué retos tenemos por delante.
Ahora veamos cómo la industria de la moda busca contribuir a los retos climáticos.
¿Cuál ha sido el rol de la industria de la moda en la COP26?
En el 2019, algunas de las marcas de moda más grandes del mundo fijaron objetivos climáticos y se comprometieron a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 30% en el 2030 para mantenerse en línea con el Acuerdo de París.
Solo un par de años después, la Sustainable Apparel Coalition, que agrupa más de 130 miembros incluidos Amazon, Gap, H&M, Nike y Under Armour, aumentó ese objetivo para sus miembros a una reducción del 45% en las emisiones para 2030.
La semana pasada, en la conferencia climática COP 26, la industria actualizó sus compromisos en una nueva carta que insta a las empresas a establecer objetivos basados en la ciencia o reducir sus emisiones a la mitad para 2030, y lograr emisiones cero después de 2050.
Ahora bien, las marcas son conscientes de que más del 90% de las emisiones provienen de las fases de obtención de materiales y materias primas y, por lo tanto, están fuera de sus instalaciones. Estas emisiones se llaman de Alcance 3 y son las que provienen de la cadena de valor de una compañía y no están bajo el control de esta. Para hacerles frente, las marcas deberán intensificar los esfuerzos en la cadena de suministro y desarrollar formas innovadoras de reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Por ello, además de adelantar la reducción del 50% de las emisiones para 2030, los nuevos compromisos de la nueva Carta de la Moda de la ONU plantean que, para el 2030, las empresas firmantes:
- Se abastezcan de energía de origen 100% renovable
- Eliminen el uso de carbón de sus estructuras propias y de las de sus proveedores
- Creen mecanismos de participación y ofrezcan incentivos para que sus principales proveedores puedan ajustarse a los objetivos de reducción de emisiones de 2030 y 2050;
- Hagan que el 100% de sus materiales sean de bajo impacto ambiental o procedan de una fuente sostenible.
Del compromiso al plan de acción
Los compromisos son prometedores. Las empresas de moda se han planteado metas con impactos positivos además de realizar grandes compromisos en pro del medio ambiente. Sin embargo, a pesar de muchas de estas promesas y compromisos, un estudio de The Climate Board publicado este mes no encontró correlación entre los compromisos climáticos de las marcas y las reducciones reales de carbono.
La evidencia indica que, si bien hubo un progreso significativo en la reducción de las emisiones de Alcance 1 y 2 en la industria de la moda y el textil, estas representan menos del 10% de sus emisiones totales. Además, se observa que alrededor de 2/3 de las marcas y minoristas que han anunciado objetivos de Alcance 3 no están en camino de lograr reducciones absolutas de estas emisiones.
Como puedes ver, para que se logre descarbonizar de verdad la industria de la moda, no basta con que esta realice promesas y compromisos, muchas veces vacías, sino que deben plantear planes concretos y tomar acciones claras frente al impacto que tienen sus operaciones en el medio ambiente.
Revisemos en detalle alguno de los compromisos:
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Utilizar energías renovables.
En la COP, los esfuerzos para eliminar el uso de carbón a nivel mundial se vieron frenados y de una manera poco ética. En los últimos minutos de la negociación sobre el uso del carbón, China e India cambiaron una sola palabra, que lo cambió todo. El objetivo pasó de tener que ser “phased out” a “phased down”. Este incidente provocó que el presidente de la Conferencia, Alok Sharma, pidiera perdón públicamente y hasta tuviera que aguantar unas lágrimas.
En términos simples, lo acordado en la COP 26 indicaría que no es probable que las empresas de la industria de la moda logren eliminar el uso de carbón en sus operaciones. Esto se debe a que los lugares en los que se confeccionan las prendas no poseen de los recursos y conocimientos necesarios para realizar este cambio.
En el contexto de la COP y como acción concreta a estos compromisos, H&M ha anunciado que va a dejar de trabajar con proveedores que utilicen energía proveniente del carbón. Personalmente, me queda la duda de si hacer esto es posible puesto que es difícil descarbonizar tus operaciones cuando la mayor parte de la producción se hace en países que funcionan con carbón. Precisamente dos de los principales proveedores de H&M son China e India, que también son los principales consumidores de carbón en el mundo. ¿H&M va a irse de China o India?.
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Colaboración con los proveedores
Conseguir este tipo de compromisos requiere que las marcas inviertan para apoyar financieramente a los proveedores en la mejora de tecnología y les capacitaran en el uso de nuevas tecnologías. Las marcas están entendiendo que es necesario crear sistemas de incentivos para que esto ocurra. Muchas veces esto pasa por incluir a los gobiernos de cada país.
Es importante empezar a trabajar en ello si queremos no solo la descarbonización de la industria sino también la mejora de la competitividad de la industria.
Y en este ámbito se pueden conseguir verdaderos avances simplemente haciendo otras mejoras de eficiencia energética (como actualizar la maquinaria y aislar las salidas de vapor). Si bien esto es algo muy poco llamativo , es eficaz y, además, asequible.
Según un informe reciente de Planet Tracker, el costo promedio de reducir la huella de carbono para una instalación de procesamiento húmedo, donde los textiles se terminan y tiñen, es de 455 mil dólares. Si bien la fábrica puede recuperar esa cantidad en menos de dos años, las instalaciones se han demorado en tales mejoras porque carecen de los conocimientos técnicos y el acceso a préstamos bancarios.
Linda Greer, miembro global del Institute of Public and Environmental Affairs (IPE), y fundadora del programa Clean by Design del National Resource Defense Council, afirma que podría generarse un impacto positivo con paybacks rápidos si las fábricas tuvieran el apoyo logístico y las capacitaciones necesarias de parte de las marcas.
Ahora bien, es necesario que las marcas se comprometan con sus proveedores para que estos puedan hacer y recuperar las inversiones. Lamentablemente, las marcas han ido saltando de un país a otro y de una fábrica a otra buscando los mejores precios en lugar de invertir en sus aliados en pro de una mejora de sus operaciones. Los proveedores no tienen problema de hacer inversiones pero necesitan saber que los clientes no se van a ir volando a la mínima de cambio.
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Transicionar a materiales “sostenibles”
Se estima que el 50% del agua, energía y químicos utilizados en el ciclo de vida de una prenda, se encuentra en la fase de cultivo y extracción de materiales. Es por ello que las marcas están apostando por desarrollar mejores productos.
Por un lado está tomando forma el fortalecimiento de la agricultura regenerativa. El Grupo Kering y Burberry ya han desarrollado sus propias estrategias de biodiversidad y fondos para el financiamiento de actividades de agricultura y ganadería regenerativas. Por su parte, la Fundación Ralph Lauren y el Soil Health Institute han desarrollado un programa para promover el desarrollo de algodón regenerativo en USA y marcas como Stella McCartney están trabajando mano a mano con productores turcos de algodón para apoyarlos en la producción de algodón regenerativo.
Ten en cuenta que este tipo de agricultura tiene la característica de capturar carbono de la atmósfera (es una actividad carbono positiva) y restaurar la salud de los suelos con lo que aumenta la diversidad de los ecosistemas. Pero también es importante saber que está mucho más sujeta a los ciclos de la naturaleza y, por lo tanto, queda por comprobarse que pueda abastecer el monstruo del fast fashion a la velocidad que lo requiere.
Por otro lado, es necesario sustituir los productos de origen sintético que se obtienen a partir de combustibles fósiles como el petróleo. En esta parte la industria del deporte y “outdoor” tienen un importante reto. Por lo que he podido conocer, hasta ahora, no parece haber soluciones con una escala suficiente para solucionar este reto.
Según el informe Synthetics Anonymous: Fashion brands’ addiction to fossil fuels the Changing Markets Foundation, las fibras sintéticas representan más de dos tercios (69%) de todos los materiales utilizados en el textil. La producción de fibras sintéticas representa actualmente el 1,35% del consumo mundial de petróleo, lo que supera el consumo anual de petróleo de España y asciende a 1.29 mil millones de barriles de petróleo al año. Todo esto en medio de la emergencia climática.
Además de la dependencia de los combustibles fósiles, estos materiales son los responsables de la descarga de microplásticos en los océanos. Se estima que más de 1,5 millones de toneladas al año aunque los estudios van afinando estos datos. Y no solo esto. Estudios recientes muestran la presencia de microplásticos en la placenta y heces.
Estos son los principales acuerdos realizados por la industria. Conoce de primera mano la reflexión de la industria en esta charla que tuvo lugar en el contexto de la COP.
Soluciones que no lo son y el fondo del problema.
Por un lado, Fashion for Good calculó que las 200 principales marcas de moda globales representan menos del 10% del volumen total de moda que se vende a nivel mundial. Marcas muy significativas del mercado como son DKNY y Roxy no han tomado ninguna medida ni han hecho promesas que indiquen que piensan que el clima es siquiera un problema.
Por otro lado, muchas marcas están experimentando con servicios de alquiler, reparación y reventa que prometen desviar parte de sus ingresos de la fabricación de productos a favor de la prestación de servicios de moda. Pero la verdad es que estas iniciativas tienen un límite. Ya se han publicado algunos artículos que cuestionan la “sostenibilidad” de estas iniciativas. La escala y las limitaciones de estos artículos son claros pero sí es verdad que las actividades de alquiler, reventa y reparación no son inocuas y aún debe probarse científicamente que son más efectivas que la producción de nuevas prendas.
Y más allá de eso, aún si hacemos circular los productos en la economía, si la velocidad de consumo no baja, será imposible parar la extracción sistemática de recursos naturales a un ritmo mayor al que son capaces de renovarse. Aún reduciendo la intensidad de carbono de los productos, solo el hecho de que sigamos produciendo una gran cantidad de productos ejerce una presión insoportable a los ecosistemas, los recursos acuáticos y la biodiversidad.
El talón de Aquiles para que la industria consiga transformarse verdaderamente a la sostenibilidad es el modelo de consumo y las premisas con las que funcionan nuestras sociedades. Debemos encontrar nuevos modelos de negocio que no estén basados en el consumo frenético. En mi opinión, este es el verdadero reto al que nos enfrentamos.
Fuentes:
- Jaime Martinez: La ONU y los gigantes de la moda actualizan la Carta por la sostenibilidad: reducción del -50 por ciento de las emisiones para 2030
- McKinsey; Reflections from COP26
- Alden Wicker: The Fashion Industry Could Reduce Emissions—if It Wanted To
- Rosa Fernandez: “Código rojo” en la lucha contra el cambio climático: lo que se pudo y no se pudo avanzar en la COP 26 en Glasgow