Aún en casa, aún en aislamiento social. Pero después de unas semanas de mucha ansiedad por el futuro, todos estamos empezando ya a pensar qué haremos cuando salgamos de esta crisis. ¿Cómo será la industria de la moda después del Coronavirus?
Los profesionales de la sostenibilidad estamos atentos observando qué es lo que hace la industria que nos pueda indicar cómo va a ser el mundo y el negocio de la moda cuando volvamos a la “normalidad” una vez tengamos controlado del Coronavirus o COVID.
Los impactos del Coronavirus
El reciente estudio de McKinsey señala el fuerte impacto del COVID en la industria de la moda. Entre el comienzo de enero y el 24 de marzo de 2020, la capitalización de mercado promedio de los principales actores del sector, moda y lujo cayó casi un 40%, una disminución mucho más pronunciada que la del mercado de valores en general.
McKinsey estima que los ingresos de la industria de la moda mundial (confecciones y calzado) se contraerán entre un –27% y un –30% en 2020, aunque la industria podría recuperar un crecimiento positivo del 2% al 4% en 2021 (en comparación con las cifras de referencia de 2019).
Para la industria de artículos de lujo personales (moda de lujo, accesorios de lujo, relojes de lujo, joyas de lujo y belleza de alta gama), se estima una contracción global de ingresos de –35% a –39% en 2020, pero un crecimiento positivo de 1% a 4% en 2021 (en comparación con las cifras de referencia de 2019).
Si las tiendas permanecen cerradas durante dos meses, el análisis de McKinsey aproxima que el 80% de las empresas de moda que cotizan en bolsa en Europa y América del Norte estarán en dificultades financieras.
¿Qué pasará cuando volvamos a la “normalidad”?
Honestamente, nadie lo sabe.
Por un lado la primera reacción posible de las empresas es: “Hay que recuperar el tiempo perdido.” Esto significa que todos debemos ponernos a producir al 120% para dar trabajo a toda la planilla de nuevo y a activar al equipo de marketing y ventas con objetivos ambiciosos para poder hacer frente a las caídas del consumo de los meses anteriores.
Algunos ya han tomado esta vía.
En marzo, Inditex ya tenía 11 tiendas abiertas en China y la situación en el país está volviendo a la “normalidad”. Solo falta que se reactive la demanda europea y de Estados Unidos y el virus no se reactive.
Por otro lado, algunas empresas han regularizado sus escandalosas prácticas con la cadena de valor y están esperando a la reacción del mercado para empezar de nuevo.
La segunda opción es entender que esta ha sido la parada que necesitábamos todos para reflexionar sobre «adónde vamos» y «qué queremos».
No sé si a ustedes les pasa, pero si miro un poco atrás, cómo era mi vida hace un par de meses, solo recuerdo un reloj marcando el tiempo, carreras por la ciudad tratando de seguir un ritmo de trabajo enloquecido y pudiendo darme poco tiempo a mí y a las cosas importantes en mi vida. Ahora, todo se apagó. ¿Saldremos de esta situación con una actitud de volver a la “normalidad”?
No estoy tan segura.
La crisis está afectando la vida cotidiana, aumentando la ansiedad y la sensación de incertidumbre de las personas. De hecho, el pesimismo de los consumidores sobre la economía es generalizado, ya que el 75% de los compradores en Europa y Estados Unidos cree que su situación financiera se verá afectada negativamente durante más de dos meses.
No es muy probable que las ventas de moda se recuperen rápido después del aislamiento. Primero porque esta cuarentena ha dejado a muchos con una economía limitada, pero también, porque es probable que las personas den mucha más importancia a las cosas más inmateriales como reunirse con la familia, abrazar a sus amigos o compartir un espacio con la naturaleza más cercana que tengan.
Nos vamos a preguntar ¿Es ahora tan importante comprarme este vestidito, que no necesito, para poder ir a cenar?
Quizá he visto que mi armario es exageradamente grande para mi habitación y mejor ahorro esto y lo destino a… tomarme un mejor postre en la cena con mi familia o preparar ese viajecito para recordar lo bello que es mi país.
¡O mejor! Cancelo todo y me voy a pasear por la playa o por la montaña, a reconectarme con este mundo que tanto he extrañado en mis días de aislamiento.
Según el informe de McKinsey «es probable que el resultado de la cuarentena del consumo acelere alguno de estos cambios de los consumidores como una creciente antipatía hacia los modelos de negocio que generan desechos y mayores expectativas para una acción sostenible y orientada a un propósito»
La primera opción es una solución a corto plazo para empresas y trabajadores que están sufriendo mucho esta parada económica. Pero aporta poco a poder hacer frente a los fallos que tiene la industria de la moda a nivel sistémico y que habíamos empezado a tratar de solucionar.
La segunda opción necesita que nos pongamos muy creativos y que arriesguemos un poco más para encontrar soluciones innovadoras que respondan a las necesidades y deseos reales de los ciudadanos en todo el mundo. Ahora más que nunca, las personas son más sensibles a la importancia de la salud y al poder del planeta por encima de la raza humana.
Como bien intuirás, mis esperanzas están en que tomemos la segunda opción. Y ¿por qué? Porque, además del Coronavirus, existen algunos riesgos que pueden tener impactos tanto o más significativos para la salud y la economía de la industria como el virus.
Y no son una pesadilla o una suposición. Son reales y están a la vuelta de la esquina.
¿Cuáles son las prioridades en las que deberíamos focalizarnos?
Veamos el estudio que cada año hace el World Economic Forum sobre los riesgos que acechan a nuestras sociedades.
Los responsables del Global Risk Report 2020 dividen los diferentes riesgos en 5 grupos (económicos, ambientales, geopolíticos, sociales y tecnológicos) y los clasifican en función de la probabilidad que ocurran y el impacto que tendrían en todo el mundo en caso que ocurrieran.
El gráfico es así.

Revisemos los riesgos que se posicionan más frecuentemente en el cuadrante de muy probables y de alto impacto.
Los riesgos sociales
Además, entre estos riesgos sociales destaca especialmente la crisis del agua. Este riesgo es de alta probabilidad y, también, de alto impacto.
Definitivamente, cuando hemos estado en desastres naturales, como El Niño, los fuegos en California o Australia o las sequías del año 2011 en Texas y en 2019 en el Mediterráneo, nos hemos dado cuenta de lo frágil que es nuestro sistema de acceso al agua.
En las últimas 2 décadas más de 1,200 millones de personas han conseguido tener acceso al agua limpia pero aún hay 1,100 millones que no tienen acceso a agua segura y 2,600 millones que no pueden acceder a sistemas mejorados de alcantarillado.
Las enfermedades (también las infeccionsas) transmitidas por el agua o las aguas fecales son la segunda mayor causa de muerte entre los niños de todo el mundo. Se estima que la mortalidad total es de 3,900 niños cada día. Una situación inaceptable.
El Coronavirus, o cualquier otro evento sanitario parecido, estaba clasificado como un riesgo de impacto relativamente alto pero de poca probabilidad porque lo más común es tener enfermedades que matan de una manera menos veloz.
Los riesgos geopolíticos.
En el cuadrante de alta probabilidad-impacto encontramos los conflictos interestatales y fallo de la gobernanza global. Definitivamente, antes del virus, estábamos en un escenario de guerra comercial entre Estados Unidos y China. La industria de la moda ha sufrido esta tensión en su propia carne y muchas empresas han tenido que reestructurar su cadena de aprovisionamiento.
Esperemos que la tensión comercial no sea una señal más de una guerra, pero lo que sí hemos visto es que cuando hay tensiones, la gobernanza global es poco efectiva para asegurar la vida de las personas.
Los riesgos ambientales son los más amenazantes
Puedes ver en el gráfico que los riesgos más probables y que tienen más impacto son los relacionados con la salud del medio ambiente (en verde).
La incapacidad para frenar el cambio climático, los eventos naturales extremos, la pérdida de biodiversidad, el clima extremo y los desastres naturales causados por los humanos son riesgos que tenemos, como te digo, a la vuelta de la esquina, esperando a que nos relajemos y volvamos a nuestra “vida normal”.
La verdad, que no hay muchas perspectivas de que esto siga así.
¿Por qué?
Porque estos riesgos no son aislados unos de otros.
Todos riesgos están interconectados
Cuando experimentemos climas extremos, las enfermedades infecciosas van a aumentar y desplazarse por todo el mundo de manera descontrolada. La destrucción de la biodiversidad deja a los ecosistemas muy poco resilientes para recuperarse de eventos climáticos extremos y a los humanos muy expuestos a entrar en contacto con enfermedades desconocidas.

El Coronavirus ha conseguido saltar dos especies antes que nosotros y se ha transmitido más fácilmente a los humanos por un conjunto de interacciones relacionadas con la destrucción ambiental como son la desforestación, la agricultura y cría de animales intensiva, el comercio de animales salvajes, nuestra resistencia antimicrobial y el cambio climático.
Todas estos cambios nos hacen mucho más vulnerables y, como ocurre con el Coronavirus, no entienden de fronteras, de clases sociales, de justicia o de industria.
¿Ahora entiendes por qué pienso que lo más importante es que la industria de la moda aproveche este impass de tiempo para repensarse adónde va? La industria, que tanto contribuye a las actividades causantes de estas situaciones, puede volver a ser impactada por un evento más pronto de lo que queremos si no adopta modelos de negocio sostenibles.
¿Qué debemos hacer?
Debemos ponernos en acción.
Tomémonos estos días de cuarentena para revisar un poco ¿qué queremos? y ¿adónde vamos? y repensar y recalibrar nuestro modelo de negocio.
Tenemos la oportunidad de conectar con personas mucho más sensibles a las experiencias inmateriales que buscan retornar a lo verdaderamente importante de la industria de la moda y recuperar el diseño inteligente, los tejidos de alta calidad y la mano de obra artesanal. El amor por esas prendas que duraban para toda la vida y que podían arreglarse y prestarse muchísimas veces.
En el nuevo contexto de mercado hay una oportunidad de negocio extraordinaria. La nueva propuesta industrial de la moda circular propone procesos, productos y modelos de negocio rentables que se alinearán con nuestros clientes y ciudadanos.
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