China se está alejando agresivamente de la política ambiental pasiva existente hasta 2015 y a medida que la nueva política ambiental de China madura y las compañías, los gobiernos estatales y provinciales y las organizaciones cívicas comienzan a adquirir experiencia en sus nuevos roles, el proceo está teniendo un fuerte impacto en la manera de producir en la industria textil a nivel mundial.
El rigor de las leyes y regulaciones es tal, que secciones industriales completas de ciudades o regiones se están cerrando temporalmente para su inspección.
Los funcionarios pueden realizar inspecciones por sorpresa para evaluar el cumplimiento y las compañías que violen las regulaciones pueden verse sometidas a fuertes multas, a la reducción de la producción, a la incautación de equipos, al paro laboral, y en casos extremos donde se encuentran violaciones flagrantes, los ejecutivos y directores de la compañía pueden ser detenidos o incluso acusados criminalmente.
A medida que las empresas se apresuran a cumplir con el rigor legal cada vez mayor, los costos de producción también han aumentado.
Se debe gastar capital para mejorar el equipo y capacitar al personal y los costos se están transfiriendo a los clientes.
Además, si las actualizaciones y la capacitación deben realizarse durante una limitación de la producción o una interrupción del trabajo debido a la inspección, toda la cadena de suministro se ve afectada ya que las fábricas luchan por cumplir con los plazos de entrega acordados.
Veamos en más detalle los impactos de estas nuevas regulaciones en las empresas textiles chinas y de todas las partes del mundo:
- Más del 90% de las empresas textiles de China son pequeñas y medianas empresas (PYME). Con solo un plazo de tres años para cumplir con los objetivos de contaminación del agua, muchas de estas compañías no podrán aumentar los gastos de capital necesarios para actualizar sus equipos. Ese plazo se reduce a dos años para aquellas compañías que residen en un área con problemas de agua donde actualmente se fabrica el 80% del hilado y la tela de China.
- La política ambiental de China ha colocado a los textiles en una lista de industrias que deben desarrollar “economías circulares”. En este modelo, la industria se enfoca en la reutilización, remanufactura y en cerrar completamente el ciclo para que se pierda poco en el camino de los recursos. Esto representa no solo un aumento en el costo sino también un paradigma completamente nuevo para la manufactura y cómo los productos se obtienen y producen. Cuando se combinan con los desalentadores requerimientos de gastos de capital, muchas empresas enfrentan costos más altos y, en algunos casos, se consolidan con otras empresas para compartir costos o cerrar si la compañía no puede asumir las cargas adicionales para cumplir con los requisitos.
- La reputación pública puede sufrir si el litigio de las ONGs avanza después de una queja o falta de cumplimiento publicada. El resultado negativo para la empresa puede que llegue a oídos de los consumidores e impactar en toda la cadena de suministro y la estructura de ganancias a medida que los clientes abandonan la marca en favor de productos más ecológicos y más sostenibles.
Afrontando el reto
La nueva política ambiental de China representa un cambio importante y drástico en la mitigación y el control de la contaminación.
Para asegurar el éxito de estes existen pasos proactivos que los fabricantes e importadores de textiles pueden tomar para lograr el cumplimiento:
- Comprender la Ley de Protección Ambiental: un paso clave para todas las empresas es comprender la Ley de Protección Ambiental y estar atento a los cambios adicionales a medida que se producen.
Esto no solo se aplica a la legislación nacional, sino también a las diferencias locales municipales y regionales. La Ley de Impuestos de Protección Ambiental de 2018 y la Ley de Prevención y Control de la Contaminación del Agua, así como otras regulaciones adoptadas en los últimos cuatro años, permiten diferencias regionales y locales que podrían resultar en estándares más altos que los exigidos por la ley nacional. Comprender la ley reducirá la posibilidad de que una empresa cometa un error de buena fe pero costoso.
Evaluar la posición financiera de la empresa: como la mayoría de las empresas textiles en China son pymes, una comprensión completa de lo que una empresa puede lograr financieramente antes de los plazos ayudará a definir su camino. La reubicación, las fusiones y la subcontratación estratégica a través de una compañía que cumple con los requisitos fuera de China podrían reducir la carga de una fecha límite inminente y permitir que una empresa asigne los fondos escasos de manera inteligente a los aspectos más críticos de pasar al cumplimiento.
- Asociarse y centralizar la reducción: como una de las industrias con mayor consumo de agua, las empresas textiles pueden encontrar ayuda al ubicarse dentro de parques industriales con una instalación de tratamiento de agua centralizada. Si bien no es una panacea, esto permite a la compañía operar dentro de un área diseñada para abordar la contaminación a gran escala con grandes instalaciones de fabricación y evita que la carga recaiga sobre una sola entidad. Es más controlable y más rentable.
La Ley de Protección Ambiental de China y la política ambiental de hoy en día tienen los dientes para hacer que se cumplan y sus efectos se verán en el ambiente y en toda la industria del país.
Las compañías textiles que respondan con lentitud o que no tomen en serio la nueva política ambiental de China para cumplir con los requisitos, se arriesgan a tener repercusiones negativas e inmediatas en su negocio que pueden poner en riesgo la vida y la salud del negocio en sí.
Artículo aparecido en SgTGroup