La preocupación pública por la contaminación, ha contribuido a una creciente demanda de productos para reemplazar artículos tradicionales por materiales que hagan que sus productos parezcan «más ecológicos» para el consumidor. Como resultado, los proveedores están proporcionando una gama de materiales con reclamos de sostenibilidad, como «producto biodegradable» y » producto compostable».
Las similitudes entre los productos biodegradables y los productos compostables son evidentes y es muy probable que tus clientes no lo comprendan y, quizá, no lo valoren.
La diferencia entre biodegradable y compostable
Como regla general, las fibras naturales son fácilmente biodegradables y los sintéticos derivados del petróleo no lo son. La medida en que una prenda se biodegrada depende de su proporción de materiales como poliéster, nylon y elastano.
Tanto la biodegradabilidad como la compostabilidad son procesos que dependen en gran medida del entorno en el que se espera que se descompongan, pero el resultado final es lo que los diferencia. Los productos compostables, a diferencia de los biodegradables, tienen un efecto positivo en el ambiente ya que lo fertilizan.
Veamos en qué ocasiones puede no ser muy conveniente comunicar.
1. Consigue que tus clientes entiendan qué estás ofreciéndoles
La diferencia entre biodegradable y compostable es básicamente técnica, lo que hace verdaderamente difícil que los consumidores, a día de hoy, comprendan bien el alcance del concepto.
Tampoco las instalaciones de compostaje están preparadas para diferenciar entre una prenda biodegradable y una no biodegradable, por lo que si una prenda de ropa termina en la mezcla, se recogerá como contaminante y se eliminará como basura.
Conseguir que nuestra ropa contribuya positivamente a la tierra aún requiere de mucha investigación y coordinaciones institucionales que en este momento no existen. Ni los consumidores, ni los recicladores ni los municipios parecen comprender bien la diferencia y estar capacitados para dar soluciones adaptadas a los textiles compostables.
En consecuencia, mencionar que tu prenda o producto es compostable, puede no ser conveniente utilizarlo como argumento de venta por lo menos por ahora.
2. Evita el Greenwashing
Desde una perspectiva de buenas prácticas de comunicación, debemos seguir los lineamientos internacionales de la ISO 140020. Estos lineamientos nos guiarán para que no caigamos en greenwashing.
En base a estos lineamientos no podemos decir que un producto es compostable si el producto afecta negativamente la calidad del compost o si libera sustancias perjudiciales para el entorno en cualquier momento de su descomposición.
Como productor, debes tener evidencia competente de que todos los materiales se descompondrán y, en el caso que lo hagan, también debes mencionar si pueden descomponerse en compostadoras domésticas o bien solo puede hacerse en instalaciones compostaje industrial.
Los mismos lineamientos se aplican para comunicar productos Biodegradables, Degradables en el entorno marino, Oxobiodegradables, Fotodegradables, etc.
En algunos países, las legislaciones son estrictas en este tema. Por ejemplo en Nueva Zelanda si se quiere mencionar que un artículo es compostable o reciclable, no puedes hacerlo si las instalaciones para hacer compost de ese producto no están disponibles en el país. Si el producto se puede compostar en instalaciones de Alemania pero estas instalaciones no existen en Nueva Zelanda, entonces no puedes comunicar este atributo. Los fabricantes y minoristas deben verificar que su producto se pueda recolectar y compostar en la mayor parte de Nueva Zelanda.
En países como UK, la propia Bio-based and Biodegradable Industries Association (BBIA), recomienda que el uso del término «biodegradable» es engañosa y confusa, y su uso debe restringirse. Esto ya ha ocurrido en países como Bélgica y California.
Y esto no solo ocurre en USA, Europa o Oceanía. Los profesionales de la publicidad de Chile y México tienen códigos de comunicación alineados con las recomendaciones internacionales sobre publicidad ambiental.
3. Aprende de los líderes
C&A es una empresa líder en el mercado a la hora de desarrollar productos certificados C2C y que tienen como bandera la compostabilidad. Desde polos hasta jeans, para C&A, «compostable» sirve como una abreviatura para decir que todos los componentes de la camisa, desde sus tintes hasta los hilos, pueden reciclarse de manera segura como nutrientes biológicos sin contaminar el medio ambiente.
Pero después de que C&A lanzara su camiseta compostable en 2017, tuvo que explicar a los clientes que no quería que literalmente desecharan rápidamente su ropa.
«Debes llevar la prenda hasta que ya no puedas usarla», dijo Charline Ducas, líder de la unidad de economía circular global en C&A. «Luego, al final del uso del producto, si no puede hacer nada más con el producto o si aterriza en algún lugar donde no hay instalaciones de reciclaje, puede hacer compost en lugar de tirarlo a la basura».
Un año después C&A comenzó a desarrollar lo que denominó el «jean más sostenible del mundo» y decidió centrarse, no en la biodegradabilidad o compostabilidad, sino en los principios de Cradle to Cradle, que Jeffrey Hogue, el director de sostenibilidad de la compañía, describe como un enfoque más holístico.
Este enfoque permite que se pueda comunicar que el jean de la empresa consiste en mezclilla de algodón orgánico, tintes no tóxicos, entretelas de algodón, hilo de algodón y un elastano biocompatible de Roica de Asahi Kasei que se descompone sin descargar sustancias nocivas.
Despojada de los componentes metálicos, la prenda puede biodegradarse, pero C&A aprendió a no promocionarla como tal. Consideró que los clientes no estaban preparados.
«Si alguien me preguntara hoy,» ¿Hey, tus prendas son biodegradables? «, Les diría que son Cradle to Cradle», dijo Hogue. «Lo que significa que se producen con algodón 100% orgánico y energía 100% renovable; se producen teniendo en cuenta la administración del agua y los altos niveles de equidad social; están diseñados para su próxima vida, lo que significa que pueden ser retirados y reciclados; y todos los materiales que se han utilizado no son tóxicos «.
En resumen, a la hora de hacer una declaración de mejora ambiental, concretamente de compostabilidad, debemos:
- Sopesar el conocimiento de nuestros consumidores sobre el significado de estos términos. ¿Qué pasa si no los entienden y afecta nuestra percepción de calidad y nuestras ventas? ¿Qué pasa si al final esto hace que puedan desechar más rápido los productos y tener un efecto tan nocivo como antes?
- Mantener siempre la atención en los temas de comunicación ambiental de nuestros productos, especialmente si nuestro marketing puede ser tildado de greenwashing en otros mercados.
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