[vc_row][vc_column][vc_column_text]La industria textil y de la moda está inmersa en una era de grandes cambios. Desde la incertidumbre en las condiciones del comercio, a la introducción de tecnologías que crean disrupciones constantes en la manera de aprovisionarse, producir y vender. Pero además, hay una tendencia que está sacudiendo los cimientos de la industria: la sostenibilidad.
La sostenibilidad es una exigencia pero también es fuente de una ventaja competitiva sólida y duradera. Aunque muchas empresas se resisten y esconden la cabeza debajo de la tierra tal cual avestruz esperando que la tendencia pase de moda, la sostenibilidad está aquí para quedarse.
¿Y por qué el sector textil no está tomando acción? La respuesta es que nuestro sector padece de un conocimiento básico de qué es la sostenibilidad, qué potencial tiene y cómo implementarla en sus organizaciones.
El por qué de la sostenibilidad en el sector textil
Muchos creen que la sostenibilidad no es cosa de las empresas. Como dijo Milton Friedman el negocio de los negocios es hacer negocio y, por lo tanto, estas cosas de la sostenibilidad no son materia empresarial. Pero ha pasado mucho tiempo desde Milton Friedman, y el entorno ha cambiado. En la actualidad, como dijo el empresario Stephan Schmidheny, “no puede haber empresas exitosas en sociedades que fracasan”.
Y nuestras sociedades están fracasando. A pesar de que los indicadores de PBI mundiales no paran de subir, también lo hacen la desigualdad y los niveles de contaminación. No sabemos exactamente las implicaciones de los cambios que estamos provocando, pero sabemos lo suficiente como para entender que estamos poniendo en peligro nuestra supervivencia.
Todos los sectores económicos tienen una responsabilidad en este escenario y la industria textil y de la moda, una de las industrias más grandes del mundo, no es una excepción. Somos un actor importante del desarrollo global y nuestras acciones tienen consecuencias que no podemos dejar en manos de gobiernos y ONGs.
Las consecuencias de nuestro modelo productivo son graves. La industria textil tiene cadenas de suministro que abarcan varios continentes, emplean a millones de trabajadores (más de 26 millones de personas trabajan en el sector de la moda), y consumen grandes cantidades de recursos y químicos para crear productos que se usan y desechan rápidamente.
Solo para que te hagas una idea, la industria representa el 10% de las emisiones globales de CO2. Esto significa que produce más CO2 que las emisiones del sector de transporte marino y aéreo combinados. La moda es la industria responsable del 20% del agua contaminada en el mundo y solo es capaz de reciclar un 1% de los más de 25.000 millones de toneladas de residuo textil que se generan cada año. Por si eso fuera poco, más del 50% de las personas que trabajan en la industria de la moda no disfrutan del salario mínimo legalmente estipulado en sus países.
Después de que en 2017, las Naciones Unidas declararan el fast fashion como emergencia ambiental, marcas, empresas y retailers de todo el mundo han empezado a innovar desarrollando estrategias para armonizar las tensiones que existen entre el negocio y el entorno. La sostenibilidad ya no es más una opción sino una exigencia del mercado.
Hemos empezado a avanzar, pero, ¿es el cambio suficientemente rápido y masivo?
La respuesta es no. En una industria caracterizada por la velocidad y la creatividad, los cambios que estamos viendo a nivel de sostenibilidad son tímidos y lentos. En las conversaciones que mantengo con empresarios y empresarias del sector he detectado que la base de la reticencia a implementar la sostenibilidad no es solo ideológica sino más bien de falta de información y conocimiento sobre las oportunidades que ofrece y cómo hacerlo.
Veamos las razones que tenemos muchos de nosotros para no dar un giro de innovación sostenible a nuestro negocio.
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La sostenibilidad no es rentable
La razón más frecuente de estas empresas para no dar el giro decisivo es que la sostenibilidad es cara y no da retornos. Muchos empresarios argumentan que cada vez es más difícil ser rentable debido a la reducción de los márgenes, la mayor competitividad e inestabilidad del mercado y los cambios de preferencias de los consumidores; y es por eso que no pueden plantearse incorporar prácticas de sostenibilidad.
Pero esto está muy lejos de ser verdad. La sostenibilidad ofrece oportunidades de ahorro desde el primer minuto que se implementa. Con medidas de ecoeficiencia básicas, una empresa puede llegar a ahorrar hasta el 30% en sus costos.
Pero todos sabemos que la principal causa por la que un negocio deja de ser rentable es porque no ofrece valor para sus clientes y la sociedad. Y en nuestra era, eso significa mucho más que conseguir ahorros en la producción. Más allá de una estrategia de ahorro de costes, la sostenibilidad desbloquea grandes oportunidades de innovación de producto y modelo de negocio.
Un ejemplo de ello es Lenzing AG, una empresa dedicada al desarrollo de fibras a partir de la celulosa. En 2017, la compañía sacó jugo a su giro eco y cerró el año con un aumento del 23% de su beneficio neto, que situó en 281,7 millones de euros. En este ultimo ejercicio la empresa creció un 5,8% en facturación.
También los consumidores están respondiendo a las presiones globales y cada vez dan más importancia a cómo están hechos los productos. Un estudio altamente citado de Nielsen Global menciona que un 66% de los consumidores mundiales están dispuestos a pagar más por productos sostenibles. Si miramos a la generación Millennial, este porcentaje sube al 73%.
Además, la sostenibilidad es actualmente la única estrategia de reputación e innovación empresarial que afecta positivamente al posicionamiento y permite atraer inversión de calidad.
Diversos estudios sugieren que las compañías con una sólida reputación de responsabilidad corporativa no han experimentado caídas significativas en el precio de sus acciones durante la crisis de 2008. Frente a ello, las empresas con una mala reputación en responsabilidad social, han visto reducida su capitalización entre un 2.4 y un 3%. Esto representa una pérdida de capitalización de mercado de 331millones de euros por empresa.
En el contexto en el que estamos, no adaptarse a la sostenibilidad es lo que impide que estas empresas no puedan aprovechar una ventaja competitiva que está realmente al alcance de todos; porque hay estrategias para todos los bolsillos.
Entonces, si la sostenibilidad es una fuente de ventaja competitiva y es rentable, ¿por qué no están aprovechándola empresas de todo el sector?
No hay una estrategia clara de acción.
Otra razón que esgrimen los empresarios con los que converso, es que no hay aún una estrategia clara de cómo implementar la sostenibilidad y sienten que no tienen capacidad para implementar acciones claras.
Otra vez, esta afirmación muestra el fuerte desconocimiento que existe sobre los avances de sus clientes, competidores, la tecnología y el mercado en general.
A pesar de que el camino a la sostenibilidad de cada empresa es único, empresas de todos los sectores llevan más de una década trabajando en sostenibilidad. Si analizamos sus experiencias, nos damos cuenta que todas estas empresas pasan por estadios comunes, con características, prioridades y oportunidades muy similares.
Tú empresario, puedes aprender de la experiencia de otros que ya han avanzado en este camino y aprovechar el conocimiento de lo que ha funcionado y lo que no ha funcionado.
Desarrollar los elementos que componen este camino queda para un próximo artículo, pero sí quiero mencionar tres barreras que debemos saltar antes de aprovechar los beneficios de la sostenibilidad.
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La barrera del liderazgo
La experiencia muestra que las organizaciones que son capaces de explotar las oportunidades de la sostenibilidad son las que tienen un compromiso desde la gerencia.
La mayoría de organizaciones que destacan por la capacidad de generar negocio y ser a la vez líderes en innovación sostenible están dirigidas por personas que tienen la visión y el liderazgo para cambiar la organización. Porque la sostenibilidad no es un complemento a la estrategia actual, sino que es la estrategia en sí misma.
Entonces, debes convencerte de que es rotundamente necesario que cada empresa haga su parte en los retos globales y que la sostenibilidad es actualmente, la única herramienta de diferenciación sostenible en un mercado altamente competitivo como el textil.
Aunque la sostenibilidad no es el mecanismo mágico para desbloquear el crecimiento, sí es la estrategia que necesitas para la innovación y la diferenciación que te permitirá encontrar tu océano azul y eliminar la competencia y las presiones sobre tu negocio.
La barrera de la acción colectiva
Al compromiso de la alta gerencia le sigue la necesidad de contar con una cultura corporativa que sostenga los cambios. El concepto de sostenibilidad requiere que las organizaciones desarrollen una cultura que destaque la participación de los empleados, el aprendizaje y la mejora continuos.
Para hacerlo es importante contar con procesos de reeducación de ejecutivos y trabajadores que les permita entender la sostenibilidad como un objetivo empresarial legítimo. Con esto empezarán a despertarse procesos orgánicos de innovación que harán realidad las iniciativas de la gerencia.
La barrera de los primeros pasos
¿Por donde empiezo? Ahí viene la acción.
Lo primero de todo: estudia tu organización y su cadena de aprovisionamiento. Abre la puerta trasera y enfrenta los impactos que estás generando.
Segundo, mira fuera y entiende tu mercado y tus clientes. ¿Quién ya ha avanzado y está sacando provecho?, ¿Cómo puedo aprender de él?, ¿Qué valoran mis clientes y qué cambios en mi organización fortalecerían su fidelidad en mi producto?
Tercero, enfócate en 3 áreas y empieza a tomar acción. Empieza con acciones de ecoeficiencia para conseguir cambios y ahorros rápidos. Esto levantará la moral de la empresa y motivará a desarrollar más cambios. Recuerda que puedes conseguir hasta un 30% de ahorros en tus costos. ¿Asumes el reto?
Implementar la sostenibilidad requiere de una estrategia progresiva basada en el ensayo y el error. Los primeros pasos son muy importantes para aprender qué es esto de la sostenibilidad, qué funciona y qué no y detectar dónde somos buenos y podemos hacer una verdadera diferencia para generar valor.
No desalientes, pero no vayas a la loca. Paso a paso, prueba y error. Las prisas no son buenas y la verdad es que las revoluciones duraderas no suceden de golpe.
Bienvenido a la nueva era
Estamos en transición de un modelo linear, veloz, incierto y poco rentable para gran parte de la sociedad, a un modelo de integración, respeto, innovación y futuro.
Estar en transición significa que ahora sí hay oportunidad de capturar el valor que hace unos años no existía. Hoy estamos en el momento oportuno para capturar el valor que nos ofrece la sostenibilidad. Porqué ¿estamos en una era de cambios, o lo que vivimos realmente es un cambio de era?
Artículo publicado inicialmente en Noticiero Textil
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