El miércoles 1 de mayo, los miembros del Comité de Auditoría Ambiental (EAC) del Reino Unido se reunieron en el Palacio de Westminster para hacer un balance de los esfuerzos de sostenibilidad de la industria de la moda desde el histórico informe ‘Fixing Fashion‘ de 2019 que esbozaba 17 recomendaciones políticas, incluido el fortalecimiento de la Moda Moderna.
Para hacerlo, se invitó a marcas y minoristas a compartir ideas e informar sobre el progreso, además de responder las preguntas de los miembros del comité.
Dos conclusiones:
- Si bien algunos pequeños proyectos piloto han despegado, la acción voluntaria de las empresas no es suficiente y los volúmenes de producción siguen aumentando y eliminando cualquier beneficio ambiental que se pueda llegar a conseguir.
- Las preguntas de los miembros del comité demostraban una falta de conocimiento sobre la complejidad de la moda sostenible, o la capacidad de interrogar más a fondo los problemas relacionados con la moda rápida.
Muchas de las recomendaciones hechas por la EAC en 2019 se han convertido en pilares clave de la legislación de la sostenibilidad y economía circular del sector pero pero el gobierno del Reino Unido rechazó implementarlas. “Después del informe Fixing Fashion vimos que el gobierno no tuvo en cuenta ninguna de las recomendaciones del comité. Es necesario reabrir esta investigación para abordar la total inacción del gobierno desde la publicación del informe”, dijo Hilary Marsh, asesora de políticas de prendas de vestir de Transform Trade.
A la luz de la evidencia proporcionada, el personal del comité ahora elaborará un borrador de informe, lo que puede resultar en un informe público con recomendaciones políticas adicionales o una carta al jefe de estado.
El panel estaba conformado por:
- Marcus Hartmann, director de asuntos públicos de H&M,
- Andrew Reaney, director saliente de abastecimiento responsable, operaciones de productos del grupo y venta mayorista de Boohoo,
- Joe Metcalfe, fundador y director ejecutivo de Thrift+ (un negocio de venta de segunda mano),
- Lorna Fallon, directora comercial de Oxfam.
H&M y Boohoo fueron las únicas marcas que se presentaron a responder
La reunión tuvo lugar el día 1 de mayo de 2024 (fecha poco responsable por parte de los miembros del parlamento) y fue parte del cierre del mandato del actual Parlamento (el Parlamento cambia de manos cada cinco años después de las elecciones generales).
En la comparecencia, la EAC tenía el objetivo de pedir a las marcas que presentaran pruebas sobre el alcance de sus impactos sociales y ambientales, el progreso que han logrado para mejorarlos en los últimos cinco años, cómo las políticas e iniciativas gubernamentales las han apoyado o podrían apoyarlas en este esfuerzo, y qué más planean hacer. hacer en el futuro.
Se invitó a asistir a 15 de las marcas de las cuales solo 2 asistieron. Las marcas que no asistieron fueron Matalan, TK Maxx, Asos, I Saw It First, Shein, Asda, John Lewis, Marks and Spencer, New Look, Next, Sainsbury’s y Tesco, así como las plataformas de segunda mano Ebay, Vinted y Depop. (Asos, Asda y Depop presentaron pruebas escritas al día siguiente de la reunión).
El diputado de Ludlow y presidente de la EAC, Philip Dunne, dijo durante la reunión que esto demostraba que estas marcas «no estaban preparadas para hacer frente a sus propias responsabilidades corporativas». Por el contrario, H&M y Boohoo fueron las únicas marcas que se presentaron. Dunne los aplaudió por haber “tenido el coraje de venir y sentarse ante el comité”.
Un portavoz de Asda dijo a Just Style: “Me temo que eso es incorrecto: Asda no se negó a participar en el foro. Proporcionamos evidencia escrita al comité con anticipación ya que el representante invitado de Asda no estaba disponible debido a limitaciones de viaje. Las pruebas proporcionadas por Asda se publicarán en la página web del comité a su debido tiempo”.
Un portavoz de Asos también afirmó que proporcionó respuestas por escrito a las preguntas de la EAC con antelación ya que, lamentablemente, la marca no pudo asistir en persona.
Un representante de Marks and Spencer (M&S) dijo que su Jefe de Materiales y Sostenibilidad estaba «dispuesto a asistir, pero desafortunadamente estaba en Bangladesh por negocios en el momento del comité».
Hoy te traigo la traducción del artículo de Vogue y JustStyle que resume lo que se discutió en la sesión.
Certificaciones de producto
Los parlamentarios preguntaron sobre el impacto ambiental de sus respectivas empresas, incluida la sobreproducción, los residuos textiles y el uso de materiales sostenibles.
Reaney explicó que el mayor paso en Boohoo ha sido la compra de productos con ingredientes sostenibles como algodón orgánico y poliéster reciclado para reducir las emisiones, pero no pudo cuantificar cómo se han desarrollado estos cambios cinco años después de la sesión de evidencia original.
Hartmann, de H&M, se apresuró a destacar que el 85 % del material que ahora utiliza su marca fue reciclado o de origen sostenible y, de ese porcentaje, el 25 % es reciclado. Adicionalmente sus prendas usan algodón 100% orgánico reciclado o de origen sostenible. En 2023, el algodón orgánico disminuyó entre un 1% y un 13%, mientras que el algodón reciclado se mantuvo en un 11% y Better Cotton representó el 76% de su abastecimiento en 2023, frente al 75% en 2022.
Con tiempo y testigos limitados, además de la falta de investigadores con conocimiento especializado de la industria, la reunión apenas tocó la superficie de las luchas por la sostenibilidad de la moda. Los representantes de la marca señalaron su uso de Better Cotton y poliéster reciclado (“post-consumo”, según Reaney de Boohoo) como evidencia de su cambio hacia materiales más sostenibles, por ejemplo, sin ningún seguimiento sobre los defectos de Better Cotton (que hemos podido ver claramente en el escándalo relacionado con trabajo esclavo en plantaciones de algodón de XinJiang y en el escándalo de deforestación de los cultivos de algodón en Brasil) o el hecho de que el poliéster reciclado son en realidad botellas de plástico.
También faltaron por completo las voces de los proveedores y los trabajadores, lo que no permitió que el comité pudiera profundizar en el impacto de la industria en las personas.
«Me hubiera gustado escuchar más preguntas sobre las responsabilidades de los Niveles 2 y 3 de proveedores, ya que las marcas no son propietarias de la mayoría de sus fábricas», añade la asistente Tamara Cincik, fundadora y directora ejecutiva del grupo de expertos Fashion Roundtable.
Residuos
Los residuos se debatieron con soluciones propuestas que van desde un impuesto sobre nuevos productos para la responsabilidad extendida del productor (EPR) y principios de diseño ecológico para mejorar la reciclabilidad, hasta una mayor inversión en infraestructura de reciclaje, un tema candente en los últimos meses.
Actualmente, el manejo de textiles posconsumo depende en gran medida de un sistema de venta minorista y exportación de segunda mano, que no es (y nunca ha sido) equitativo o viable a largo plazo. «El sector minorista benéfico funciona gracias a las 10.000 tiendas benéficas impulsadas por 100.000 voluntarios que clasifican nuestra ropa vieja y a importantes exenciones fiscales para el sector benéfico», dijo Metcalfe de Thrift+.
Si bien el gobierno no implementó la Responsabilidad Extendida del Productor (REP) para textiles, los asistentes tenían la esperanza de que eso pudiera cambiar después de las elecciones generales. «Está claro que existe un deseo de abordar el tema del desperdicio, pero no podemos abordarlo de frente sin la REP», dice Cincik. «El mercado al final de su vida útil es una oportunidad de crecimiento para la industria, si tiene el enfoque y la infraestructura adecuados».
Cuando se preguntó a las dos marcas qué proporción de los stocks acaba en los vertederos o a la incineración, Hartmann se mostró dispuesto a compartir que la información que muestra que los stocks de H&M se venden y lo que queda no se envía a los vertederos. Explicó que cuando no hay opciones se dona a organizaciones benéficas. Adiconalmente explicó que los bienes recolectados en prendas de vestir que no se pueden vender o los bienes “peligrosos” representan el 8% de lo que se incinera.
Reaney, de Bohoo, admitió que los residuos de tela producidos en las instalaciones de fabricación de Boohoo en el Reino Unido y la ropa dañada «irrecuperable» se incineran, pero destacó el objetivo que tiene la empresa de que no haya vertidos de residuos en el Reino Unido para 2025. Se refirió a la misión de Boohoo de proporcionar circularidad con su plataforma de reventa y su asociación con el mercado de moda de segunda mano Thrift y la organización benéfica Oxfam.
También afirmó que los proveedores de Boohoo en el Reino Unido proporcionan declaraciones en las que afirman que no arrojan residuos a vertederos, pero no pueden garantizar esto para el resto de su cadena de suministro global.
La esclavitud moderna sigue siendo una realidad en la industria de la moda
Los miembros de la comisión, cuestionaron las prácticas productivas de los retailers.
H&M no tiene proveedores en el Reino Unido, pero Boohoo tiene más de 40 y ha sido objeto de escrutinio en los últimos años por presunta explotación laboral en la ciudad inglesa de Leicester. Claudia Webbe, diputada de Leicester East, dedicó un tiempo a interrogar a Boohoo. Los problemas en la cadena de suministro de Boohoo representan «un problema global» por el cual «hay cientos de millones de personas empleadas en todo el mundo fabricando prendas.
Webbe expresó su preocupación por el hecho de que los trabajadores de la confección del Reino Unido estuvieran sujetos a condiciones de esclavitud moderna y preguntó por el impacto que tuvo el programa de investigación televisado Panorama de la BBC en las decisiones sobre el cierre de Boohoo de la fábrica de Thurmaston Lane después de que se alegara que sus trabajadores estaban cambiando las etiquetas de las prendas para decir «Hecho en el Reino Unido».
Reaney afirmó que Boohoo “no cree en absoluto que el programa Panorama sea un reflejo justo de nosotros como empresa”. Señaló que la fábrica de Leicester se cerró porque no cumplió con los estándares de fabricación deseados que la compañía esperaba y porque se dio cuenta de que “somos un minorista, no un fabricante”, agregó. Sin embargo, Reaney se apresuró a compartir que le preocupa que las narrativas y los desafíos en torno a Leicester puedan hacer que otras empresas estén menos dispuestas a establecerse en la ciudad, ya que cree que sería una «oportunidad perdida económicamente».
Según Webbe, en los contratos laborales de los propios proveedores de Boohoo se establecen cláusulas como que el pago de vacaciones de los trabajadores se pagaría sólo después de 12 meses de servicio, que sus horas pueden reducirse a 10 horas por semana (si hay una recesión en la economía o si se reduce el trabajo de las marcas y los minoristas), y que los trabajadores se ven obligados a trabajar más tiempo porque intentan cumplir con los plazos de las marcas.
Reaney respondió negando que Bohoo tuviera estas prácticas en su cadena producttiva: «Lo que usted ha enumerado allí es efectivamente evidencia de la esclavitud moderna y lo que yo diría categóricamente es que ningún minorista moderno responsable toleraría la esclavitud moderna, ni nosotros».
Por el lado de H&M, la conversación fue sobre su cadena de valor, ubicada fuera de UK y se interrogó sobre sus prácticas para asegurar las condiciones laborales de la cadena.
Hartmann respondió que H&M está comprometida con salvaguardar y respetar los derechos humanos en toda su cadena de valor.
Durante su discurso, Webbe acusó a H&M de presentar denuncias ante la policía contra trabajadores de la confección de Bangladesh que protestaron por no recibir el salario mínimo. Hartmann se apresuró a negar estas afirmaciones y dijo: «No, suministramos a través de empresas, no tenemos fábricas en ese sentido».
Webbe sugirió que parte del problema en la industria es que las marcas y los minoristas pueden decir que los trabajadores no son sus empleados ni su responsabilidad. Hartmann argumentó que esta es la razón por la que H&M está colaborando con sus socios en un acuerdo marco global con los sindicatos, facilitando el diálogo social y no «evita esa responsabilidad, sino que quiere trabajar en ella junto con otros actores y sindicatos».
La acción voluntaria y las demandas de los consumidores no son suficientes
En los cinco años transcurridos des del informe “Fixing Fashion”, el gobierno del Reino Unido esencialmente ha dejado a la industria a su suerte, y la reunión del 1 de mayo demostró que este enfoque no ha sido suficiente. «Desafortunadamente, ser responsable no supone ninguna ventaja competitiva», afirmó Williams. «No existe una infraestructura para que las empresas se comporten de manera más responsable, por lo que cualquier buena iniciativa, como el alquiler o la reventa, se ve contrarrestada por el aumento de los volúmenes de producción y la carrera hacia el abismo».
En ciertos casos, consumidores cada vez más educados que exigen más transparencia y responsabilidad por parte de las empresas de la moda pueden provocar cambios pero el comportamiento del consumidor es voluble y poco confiable. Además, la verdad es que el grupo más grande de consumidores buscan un precio bajo.
Para el profesor Williams, la política viene antes que el cambio de comportamiento del consumidor. «La política no se trata sólo de rendición de cuentas, sino de crear un cambio cultural», dijo. «Necesitamos incentivar y apoyar los modelos de negocio circulares y la moda localizada, y desincentivar la moda rápida y su modelo roto».
La legislación no puede existir en el vacío
El analista minorista de GlobalData, Neil Saunders, cree que estas reuniones entre empresas y gobiernos pueden actuar como un foro para ver qué está funcionando y qué necesita más atención. «Esencialmente, son un punto de presión para los minoristas que los empuja a ser más sostenibles», dijo.
A pesar de esto, cree que los esfuerzos del gobierno del Reino Unido han sido “mediocres” ya que el gobierno rechazó la mayoría de las recomendaciones del comité en la primera investigación del informe en 2018.
El informe sigue la lista de recomendaciones de la EAC al gobierno del Reino Unido instándolo a introducir una legislación que exija a las marcas y minoristas de moda realizar controles de diligencia debida en sus cadenas de suministro, abordar los abusos laborales y asumir una mayor responsabilidad por el impacto ambiental de sus negocios.
La moda es un negocio global y las marcas y los minoristas suelen operar en jurisdicciones. Muchas empresas británicas ya están obligadas a adaptar su comportamiento y sus informes para adaptarse a las nuevas regulaciones de otros países y continuar vendiendo en esos mercados, independientemente de si el Reino Unido también legisla o no.
Pero si las legislaciones no se unifican, las empresas no van a responder adecuadamente. Ya hoy en día existe una fatiga legislativa provocada por la oleada de legislaciones que se están aprobando.