¿Quieres frenar el cambio climático? Quién puede decir que no a esta pregunta. Está en juego la supervivencia de nuestras sociedades. Según un estudio publicado en Science, es probable que los niños nacidos hoy se enfrenten a siete veces más fenómenos meteorológicos extremos que sus abuelos.
Es por eso que muchas empresas textiles y de la moda, bajo la firma de varios compromisos internacionales, se han puesto manos a la obra para contribuir a cumplir con el Acuerdo de París y los compromisos de la industria.
La estrategia más utilizada por la industria es la compensación de emisiones a través de la compra de bonos de carbono. Pero varios científicos internacionales han cuestionado la efectividad de estas medidas para realmente frenar el impacto que tenemos en el cambio climático.
¿Cómo frenar el cambio climático?
Los impactos de la crisis climática son cada vez más graves. Estamos experimentando olas de calor, inundaciones, sequías, incendios forestales y aumento del nivel del mar como resultado del calentamiento global. La temperatura global promedio está aumentando a un ritmo sin precedentes, y esto reduce la posibilidad de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 ° C . Estamos ya a punto de cruzar puntos de inflexión irreversibles.
Estoy segura que has escuchado anuncios y comunicaciones grandiosas que dicen » La industria de la moda se ha propuesto ser carbono neutral en 2050″, «el Grupo Kering se compromete a lograr una huella de carbono cero en todas las marcas del grupo», «Gucci: marca es 100% carbono neutral y reafirma su compromiso con el medio ambiente».
Esto ocurre porque personas y organizaciones de todo el mundo están exigiendo a gobiernos y empresas que tomen acción frente al cambio climático. Por ello, muchas empresas han hecho compromisos ambiciosos para reducir su impacto en el cambio climático a largo plazo.
Estas afirmaciones suenan ambiciosos e incluso puede dar la impresión de que el mundo está despertando y se encuentra listo para enfrentar la crisis climática. Pero la verdad es que estas promesas se basan en premisas científicas falsas y la falsa esperanza de tecnologías que aún no existen.
Por eso 41 científicos y expertos investigadores de todo el mundo pertenecientes a Researchers Desk, lanzaron una comunicación alertando que estos objetivos a largo plazo y basados en compensaciones no solucionarán el reto que tenemos y solo no harán gastar dinero inútilmente.
¿Por qué no deberíamos enfocar nuestras estrategias, ni nuestros presupuestos, en compensar emisiones?
Esta comunidad científica detalla en su artículo las respuestas a 10 mitos, o frases que escuchamos una y otra vez, que nos impiden implementar acciones efectivas para frenar, o minimizar, el impacto del cambio climático.
Aquí te aporto las reflexiones sobre los 10 mitos que no paramos de escuchar sobre las soluciones para combatir el cambio climático y que no son necesariamente ciertos.
Mito 1: Ser carbono neutral para 2050 es suficiente para resolver la crisis climática. Falso.
Los compromisos que realizan las empresas para ser carbono neutral generalmente asumen que será posible generar grandes cantidades de «emisiones negativas» basadas en soluciones climáticas basadas en la naturaleza.
¿Qué son las «soluciones climáticas basadas en la naturaleza»?
El enfoque más conocido para compensar emisiones es plantar bosques. Los árboles absorben CO2 del aire a medida que crecen, por lo que, en general, un mayor número de árboles absorberá más CO2 de la atmósfera.
Otros enfoques incluyen:
- Restauración de turbas
- Restauración de los ecosistemas costeros,
- Aumentar aumento de las plantas costeras y marinas.
También existe un potencial significativo para salvaguardar el carbono que ya se encuentra en las plantas y el suelo, evitando la destrucción de bosques, turba y ecosistemas costeros; adoptando la agricultura regenerativa y el mejor manejo de incendios forestales para evitar la quema de árboles y plantas.
Pero no podemos esperar que las plantas y la vegetación puedan absorberlo todo.
El problema es que llevamos tanto tiempo emitiendo que necesitamos reducciones importantes y sin precedentes de las emisiones ahora mismo. De lo contrario, estas emisiones consumirán el pequeño presupuesto global de carbono restante para dentro de pocos años.
Mito 2: Podemos compensar las emisiones de combustibles fósiles utilizando las «soluciones basadas en la naturaleza». Engañoso.
En la mayoría de los casos, cuando una empresa comunica que va a compensar emisiones, quiere decir que va a compensarlas capturando el carbono a través de la vegetación y los suelos, pero la capacidad que éstos tienen para capturar carbono es limitada.
El ciclo del carbono tiene dos partes: un ciclo rápido en el que el carbono circula entre la atmósfera, la tierra y los mares, y un ciclo lento en el que el carbono circula entre la atmósfera y las rocas que forman el interior de la Tierra.
Los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) provienen del ciclo lento y las emisiones de carbono de la quema de combustibles fósiles son hoy 80 veces mayores que el flujo natural de carbono del interior de la Tierra (a través de los volcanes).
Cuando extraemos el carbono del ciclo lento, éste tarda millones de años en retornar al interior de la Tierra y es por ello que alrededor de la mitad de las emisiones de carbono provenientes de estas fuentes permanece en la atmósfera por muchísimo tiempo.
Las soluciones basadas en la naturaleza son parte del ciclo biológico del carbono, el ciclo rápido, lo que significa que el almacenamiento de carbono no es permanente. Y no solo eso, se puede liberar muy fácilmente. Imagínate cuando hay un incendio. El carbono almacenado en los árboles vuelve a liberarse a la atmósfera impactando negativamente en ella.
¿Qué quiere decir esto?
Que las emisiones que generamos producto de la quema de combustibles fósiles no pueden retornar a la tierra simplemente por plantar árboles.
Además, la capacidad de absorción del en árboles y suelos lleva mucho más tiempo del que suponemos y las soluciones basadas en la naturaleza deben destinarse a ayudar a eliminar el dióxido de carbono que ya hemos liberado a la atmósfera en los últimos 300 años.
Mito 3: Los objetivos «carbono neutral» aumentan los incentivos para reducir las emisiones porque a las emisiones se les asigna un costo. Engañoso.
Esta frase puede ser cierta pero solo cuando sea financieramente más ventajoso para las empresas reducir las emisiones en el país donde se emiten, que comprar compensaciones de carbono a en el extranjero. Y esto no es siempre así. De hecho, casi nunca lo es.
Además, las promesas de que conseguiremos emisiones negativas en un futuro a través de tecnologías y otras ideas no probadas, también reducen el incentivo para reducir las emisiones de carbono ahora. Es simple descuento de costos a futuro. Un ejemplo de estas tecnologías es Orca. Construida por la suiza Climeworks y la islandesa Carbfix, cuando Orca opere a su capacidad, la planta extraerá 4.000 toneladas de dióxido de carbono del aire cada año, según las empresas.
Mito 4: La compensación de carbono en los países de bajos ingresos debe aumentar para cumplir con el acuerdo de París. Engañoso.
Los países de bajos ingresos también han establecido objetivos climáticos en relación con el Acuerdo de París. Y ellos también necesitarán todas las emisiones que se puedan lograr en su propio país para cumplir sus propios objetivos climáticos.
Estos países no tienen a su disposición un presupuesto de carbono restante para que las naciones ricas y con altas emisiones les pasen la carga de compensar sus emisiones.
Mito 5: Financiar proyectos de energía renovable es una buena forma de compensar las emisiones de combustibles fósiles. Problemático.
La expansión de la energía renovable en las economías es crucial, pero a menudo solo se suma a los combustibles fósiles en la combinación energética, en lugar de reemplazarlos. Debido a que la energía renovable ahora puede ser más barata que la energía fósil, estas inversiones probablemente se habrían realizado de todos modos y, por lo tanto, no deberían contarse como compensaciones.
Los actores de los países de altos ingresos deberían financiar la expansión de las energías renovables como una forma de inversión climática (en lugar de compensar sus emisiones).
Mito 6: Las soluciones tecnológicas para la eliminación de dióxido de carbono resolverán el problema. Demasiado optimista.
En los últimos años, se ha hablado mucho, y se ha realizado inversión pública, sobre la captura, el uso y el almacenamiento de carbono a través del desarrollo de nuevas tecnologías. Si bien son técnicamente posibles, estas opciones son «más inciertas» y es probable que necesiten un mayor desarrollo antes de ser modeladas en escenarios a gran escala y para conseguir «net zeros»
Por ejemplo, las tecnologías que enfriarían la Tierra al reflejar o bloquear la energía solar entrante, como poner polvo en la atmósfera, no son NET: no absorben CO2 y no abordan la acidificación de los océanos.
Entonces, a pesar de que se están desarrollando tecnologías, son caras, intensivas en energía, riesgosas y su implementación a escala global no está probada. Es irresponsable basar los objetivos de emisiones neutrales en el supuesto de que las tecnologías futuras inciertas compensarán las emisiones actuales.
Mito 7: Las plantaciones de árboles capturan más carbono que dejar intactos los bosques antiguos. Engañoso.
Los bosques viejos pueden contener siglos de carbono, capturado en árboles y suelos, y pueden continuar capturando carbono durante cientos de años.
Es mejor no cortar los árboles que ya han crecido para evitar que se libere el carbono ya almacenado en ellos. El carbono liberado por los árboles talados puede tardar más de 100 años en ser recuperado por nuevos árboles. No tenemos ese tiempo.
Mito 8: Plantar árboles en los trópicos es una solución rentable en la que todos ganan, tanto para la naturaleza como para las comunidades locales. Demasiado simplificado.
La plantación de árboles con la captura de carbono como objetivo principal amenaza los derechos, las culturas y la seguridad alimentaria de los pueblos indígenas y las comunidades locales.
¿Y eso por qué?
Porque no es lo mismo plantar árboles para capturar carbono que crear bosques diversos que puedan, además de capturar carbono, generar espacios de regeneración de la biodiversidad y mantener los derechos de las culturas locales y la seguridad de los pueblos indígenas.
Los bosques son más que árboles y necesitamos regenerarlos por muchas más razones que no solo el cambio climático. Si creamos bosques orientados únicamente a capturar carbono, solo estaremos poniendo en riesgo objetivos tanto o más importantes para la supervivencia y la adaptación al cambio climático.
Los investigadores que trabajan en la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) han estudiado cómo la degradación ambiental al bienestar humano, impacta negativamente al medio ambiente y a las personas. Tenemos, por ejemplo, la destrucción de la biodiversidad la cual aumenta el número de muertes debido a la contaminación del aire, los sistemas de polinización y el impacto de catástrofes ambientales como inundaciones e incendios.
Recordemos que los países llamados «desarrollados» tienen una deuda climática con los países de bajos ingresos porque han podido «desarrollarse» gracias a haber estado emitiendo durante mucho tiempo. Ahora, los países que desean hacerlo se ven frenados por la crisis climática. No estaríamos en esta situación si los países “ricos” no hubieran desarrollado un modelo económico completamente fallido.
Mito 9: Cada tonelada de dióxido de carbono es igual y puede tratarse indistintamente. Falso.
La eliminación de dióxido de carbono de mañana no puede compensar las emisiones de hoy. Cuando emitimos gases de efecto invernadero, no los podemos recapturar tan fácilmente. Como ya hemos visto antes, el almacenamiento de carbono en plantas y suelos no puede compensar las emisiones de carbono fósil.
Aquí además, tenemos una cuestión de valores y prioridades. ¿Crees que las emisiones que provoca la industria del lujo deben considerarse iguales que las emisiones de la producción de alimentos esenciales?
¿Dónde crees que debemos poner más presión en las reducciones? Está claro que la industria alimentaria contribuye en una medida extraordinaria al cambio climático, pero no podemos comparar la necesidad que tenemos de comida con la que tenemos de un bolso o unas zapatillas nuevas.
De nuevo es un problema de justicia climática.
Mito 10: Los productos y los viajes pueden ser «climáticamente neutrales» o incluso «climáticamente positivos». Falso.
Los productos y viajes que se venden como «climáticamente neutros» o «climáticamente positivos» debido a la compensación, aún tienen una huella de carbono.
Este tipo de marketing es engañoso e incluso puede generar más emisiones, ya que la compensación incentiva un mayor consumo. Contribuimos más a las soluciones climáticas consumiendo menos y viajando menos.
Dejémonos de mal marketing y tomemos acciones efectivas contra el cambio climático
El cambio climático plantea amenazas existenciales para las personas, las naciones, los niños y los grupos vulnerables de todo el mundo. Las reducciones de emisiones sin precedentes, rápidas y sostenidas son esenciales para abordar la crisis climática.
- Debemos cambiar el enfoque de los objetivos netos cero de mediados de siglo a reducciones de emisiones reales e inmediatas. Se necesitan reducciones de al menos un 10% anual. Esta transformación masiva de nuestras sociedades es nuestra única manera de cumplir con el acuerdo de París y no poner en riesgo la estabilidad del planeta.
- Los países de altos ingresos deben maximizar las reducciones de emisiones en el propio país y, además de eso, aumentar su apoyo financiero a los países de bajos ingresos. Los países menos responsables, pero más vulnerables a la crisis climática, deben recibir apoyo en sus esfuerzos por adaptarse y transformarse en sociedades con cero emisiones de carbono.
- Debemos evitar la compensación entre países de altos y bajos ingresos y reemplazarla con financiamiento climático basado en evidencia científica, un presupuesto de carbono limitado y justicia climática global.
- Debemos definir objetivos separados para conseguir, por un lado, las emisiones negativas y, por el otro, la reducción de emisiones. Es esencial que las emisiones negativas (social y ambientalmente apropiadas) se realicen como inversiones climáticas o financiamiento climático, no como compensaciones de carbono.
- Debemos dejar de comercializar productos como «climáticamente neutros» o «climáticamente positivos».
- Debemos dejar de extraer y utilizar combustibles fósiles, la principal causa de la crisis climática. Además de objetivos de cero real, necesitamos un tratado internacional para la terminación de la producción de combustibles fósiles.
El mensaje de estos científicos es muy claro: Debemos cambiar el enfoque de los objetivos de carbono neutralidad distantes y llenos de afirmaciones engañosas y concentrarnos en las reducciones de emisiones aquí y ahora.
Autores de la comunicación
- Alasdair Skelton, Professor of Geochemistry & Petrology, Stockholm University
- Alice Larkin, Professor of Climate Science & Energy Policy, Tyndall Centre, University of Manchester
- Andrew Ringsmuth, Researcher in Complex Systems & Sustainability, Complexity Science Hub Vienna
- Caroline Greiser, Researcher in Ecology, Stockholm University
- David Fopp, Senior Lecturer, Youth Studies, Stockholm University
- Duncan McLaren, Professor of Cultural Political Ecology, Lancaster University
- Doreen Stabinsky, Professor of Global Environmental Politics, College of the Atlantic,
- Erik Huss, Geographer & Glaciologist, CEO Husstainability
- Flora Hajdu, Associate Professor of Rural Development, Swedish University of Agricultural Sciences
- Greg Marsden, Professor of Transport Governance, University of Leeds.
- Hanne Svarstad, Professor of Development Studies, Oslo Metropolitan University
- Henrik Lagerlund, Professor of Theoretical Philosophy, Stockholm University
- Isak Stoddard, PhD student in Natural Resources & Sustainable Development, Uppsala University
- James Dyke, Assistant Director, Global Systems Institute, University of Exeter
- Jens Friis Lund, Professor of Political Ecology, University of Copenhagen
- Jillian Anable, Professor of Transport & Energy, University of Leeds
- Joanna Haigh, Emeritus Professor of Atmospheric Physics, Imperial College London
- Judith Nora Hardt, Postdoctoral Researcher in Climate Change & Security, Franco-German Centre for Social Science Research, Berlin
- Julia Steinberger, Professor of Social Ecology & Ecological Economics, University of Lausanne
- Kate Dooley, Research Fellow, Climate & Energy College, University of Melbourne
- Kathleen McAfee, Professor of International Relations, San Francisco State University
- Kevin Anderson, Professor of Energy & Climate Change, Uppsala University and the University of Manchester
- Klara Fischer, Associate Professor of Rural Development, Swedish University of Agricultural Sciences
- Linda Engström, Researcher in Rural Development & Policy, Swedish University of Agricultural Sciences
- Magnuz Engardt, Reader in Meteorology, Researchers Desk
- Maria Johansson, PhD in Fire Ecology, Researchers Desk
- Maria Wolrath Söderberg, Researcher in Rhetoric & Climate Communication, Södertörn University
- Mats Björk, Professor of Marine Plant Physiology, Stockholm University
- Niclas Hällström, Environment and Development Studies, WhatNext?
- Nils Markusson, Senior Lecturer in the Politics of Environmental Technology, Lancaster University
- Paul Glantz, Associate Professor of Atmospheric Science, Stockholm University
- Peter Newell, Professor of International Relations, University of Sussex
- Richard D. Pancost, Professor of Biogeochemistry, University of Bristol
- Sarah Milne, Senior Lecturer in Environment and Development, Australian National University
- Stephen Woroniecki, Researcher of Sustainability Science, Linköping University
- Stig-Olof Holm, Senior Lecturer in Ecology, Umeå University
- Stuart Capstick, Deputy Director, Centre for Climate Change and Social Transformations, Cardiff University
- Svetlana Gross, PhD student in Business Administration, Stockholm School of Economics
- Sören Andersson, Sustainability Advisor, thefuture
- Tor A. Benjaminsen, Professor of International Environment and Development Studies, Norwegian University of Life Sciences
- Wim Carton, Assistant Professor of Sustainability Science, Lund University
El artículo fue iniciado por miembros de www.ResearchersDesk.se y está disponible en inglés en Climate Change News y sueco en Dagens Nyheter, donde se publicó por primera vez.