La industria de la moda enfrenta uno de sus mayores retos: transformar sus cadenas de suministro para alinearse con los compromisos climáticos globales y cumplir objetivos basados en la ciencia (SBT) que limiten el aumento de la temperatura global a 1.5 grados. Sin embargo, esta transición exige no solo la voluntad de las marcas, sino también inversiones significativas en soluciones de bajas emisiones de carbono, un costo que muchos proveedores no pueden asumir por sí solos. Ante esta realidad, la colaboración financiera entre marcas, instituciones financieras y proveedores emerge como un pilar clave para avanzar hacia una industria más sostenible y descarbonizada.
Cada vez más gobiernos han promulgado leyes que exigen a las empresas de moda que informen sobre sus emisiones y establezcan metas de reducción de carbono. Si más del 80% de las emisiones de una marca de moda ocurren en su cadena de aprovisionamiento, es esencial que las marcas trabajen colaborativamente entre ellas y con sus proveedores para conseguir las reducciones.
En la COP de Glasgow de 2021, las principales marcas de moda del mundo renovaron sus compromisos de la Carta de la Industria de la Moda contra el Cambio Climático y se comprometieron a crear mecanismos de incentivos para que sus principales proveedores puedan ajustarse a los objetivos de reducción de emisiones de 2030 y 2050. Desde ese momento habíamos tenido pocas noticias sobre los movimientos del sector en este ámbito.
Para lograr una reducción significativa en las emisiones, además de reducir la producción de ropa, los proveedores deben implementar tecnologías eficientes en el consumo energético y hacer la transición hacia energías renovables. Sin embargo, estas inversiones suelen tener largos plazos de recuperación, a veces de décadas, lo que frena a muchos proveedores que ya vienen quejándose por la falta de implicación de las marcas han ido creciendo.
Experiencias de colaboración financiera
Un programa de financiamiento colaborativo para la descarbonización es una iniciativa que ofrece apoyo financiero conjunto, generalmente a través de alianzas entre empresas, bancos y organismos especializados, para facilitar la transición hacia prácticas sostenibles en la cadena de suministro. Este tipo de programa busca reducir las barreras de costo para que los proveedores puedan implementar tecnologías de bajo carbono, como energías renovables y eficiencia energética, con tasas de interés preferenciales o condiciones de pago flexibles.
Además del apoyo financiero, estos programas suelen incluir asistencia técnica y seguimiento de impacto ambiental para asegurar que las inversiones generen reducciones reales en las emisiones de carbono. El objetivo es crear incentivos económicos para que los proveedores adopten mejores prácticas, esperando cumplir con los compromisos de descarbonización de las marcas.
Las iniciativas de colaboración financiera no son nuevas. Ya en 2019, Levi’s firmó un acuerdo de cooperación de 2,3 millones de dólares con la Corporación Financiera Internacional (CFI). En este contexto se lanzaron el programa Global Trade Supplier Finance (GTSF) de IFC y el Partnership for Cleaner Textiles (PaCT). En virtud de este acuerdo la CFI trabajó con 42 proveedores y fábricas designados de LS&Co. para reducir las emisiones de GEI ayudando a los proveedores a identificar e implementar intervenciones adecuadas de ahorro de agua y energía renovable en 10 países: Pakistán, Bangladesh, Sri Lanka, India, México, Lesoto, Colombia, Turquía, Egipto y Vietnam. El proyecto surgió tras el éxito de una cooperación piloto de 2017 entre las dos organizaciones que ayudó a seis proveedores de LS&Co. en cuatro países a reducir sus emisiones en un 20% y a disminuir sus costos operativos en más de un millón de dólares, en conjunto.
También en 2019, HSBC y Walmart se unieron para ofrecer incentivos financieros a proveedores que cumplieran objetivos de sostenibilidad. A través del Programa de Financiamiento de la Cadena de Suministro Sostenible, los proveedores participantes accedieron a tasas preferenciales si avanzaban en el Proyecto Gigaton, que buscaba reducir mil millones de toneladas de emisiones para 2030.
En 2023, PVH Corp., propietaria de marcas como Calvin Klein y Tommy Hilfiger, lanzó un programa de financiamiento de la cadena de suministro que ayuda a los proveedores a asegurar mejores tasas de financiamiento en función de su desempeño en sostenibilidad.
En julio de 2024, se lanzó la Future Suppliers Initiative, liderada por H&M y facilitada por The Fashion Pact en asociación con Apparel Impact Institute, Guidehouse y DBS Bank. El programa ha ido incluyendo a marcas como Bestseller, Mango y Gap Inc. El programa piloto se iniciará en Bangladesh, contando con el respaldo de Bestseller, Gap Inc., H&M Group y Mango. Esta iniciativa tiene planes de expandirse a otros centros de manufactura textil, como Vietnam, India, China, Italia y Turquía, y actualmente está en proceso de reclutar a más marcas interesadas.
Cómo funciona la Future Suppliers Initiative
La iniciativa es un mecanismo independiente de las marcas que desarrollará y financiará proyectos para ayudar tanto a las marcas como a los proveedores a cumplir sus objetivos basados en la ciencia (SBT) y mantenerse dentro de la trayectoria de 1.5 grados. Se utilizará una combinación de apoyo técnico e incentivos financieros para ayudar a superar las barreras que impiden que muchas fábricas adopten soluciones de electrificación y energía renovable.
Las marcas participantes compartirán los nombres, perfiles y datos energéticos de sus fábricas de nivel 1 y 2 con la empresa de gestión de riesgos Guidehouse para su análisis. Se seleccionarán fábricas con alto potencial de impacto y se desarrollarán propuestas técnicas de descarbonización profunda.
Se priorizarán los proyectos que combinen medidas de eficiencia energética con proyectos de transición a energías renovables, además de tecnología con alto riesgo o un retorno de inversión prolongado, comentó el portavoz.
Para aprobar un proyecto, iniciativa tomará en consideración la situación financiera del proveedor, el nivel de innovación de la tecnología, la participación de las marcas en el negocio y el deseo del propio proveedor al diseñar un apoyo financiero adecuado para permitir inversiones. Las solicitudes serán consideradas en función del impacto, el costo/tonelada de CO2e reducido y la capacidad de que las marcas puedan justificar estas reducciones según los protocolos establecidos actualmente (GHGP y SBTi).
Hay dos formas principales de presentar una solicitud. La primera es una “solicitud push”, donde los equipos regionales de las marcas trabajan estrechamente con las fábricas clave de los proveedores para construir una hoja de ruta hacia la descarbonización para 2030, explicó el portavoz.
La segunda opción es una “solicitud pull”, en la que el propio proveedor presenta su solicitud para explicar lo que espera lograr mediante la inversión deseada.
¿El financiamiento colaborativo funciona?
La industria de la moda enfrenta una necesidad urgente de descarbonización. Esto no se discute. Ni tan siquiera se discute si esta transformación es financieramente viable. Lo que sí no está tan claro es si los recursos económicos llegarán efectivamente a quienes pueden implementar el cambio.
La Future Supplier Initiative (FSI) asegura tener la solución: préstamos a bajo interés. para financiar iniciativas de “descarbonización profunda.”
Sin embargo, como aún se están ajustando los detalles, persisten muchas incógnitas que pueden resultar frustrantes. ¿Cuál será el monto total de los fondos distribuidos a través de este modelo de financiamiento colaborativo? ¿Cuántos proveedores de textiles realmente se beneficiarán? ¿Cómo contribuirán estas marcas a descarbonizar las inversiones de DBS más allá de ofrecer apoyo técnico? Y, sobre todo, ¿qué garantías reciben los proveedores, quienes en última instancia soportan los costos, de que la apuesta valdrá la pena pese a la mirada a corto plazo de la industria?
Sabemos que las instituciones financieras solo ofrecerán mejores condiciones de financiación si existe una «cartera sólida» de proveedores dispuestos a descarbonizarse, y los proveedores solo se sentirán motivados a realizar cambios si existen las condiciones de financiación y los incentivos de producción adecuados. Esto significa compartir costos, riesgos y responsabilidades. Y no solo con tus proveedores. Si bien el 90% de las emisiones de carbono de una marca se producen en su cadena de suministro, dijo, una sola fábrica también puede producir para varias empresas. En ese caso, ¿quién asume la responsabilidad?. Mientras una marca se compromete con el proveedor, la competencia se beneficiará sin hacer nada. ¿Estamos dispuestos a eso?
Además, no debemos olvidar que cada región requerirá estrategias de financiamiento personalizadas que pueden dificultar considerablemente el mecanismo. ¿Será factible tener esa variedad de estrategias y productos en un número tan amplio de países?
Finalmente (por ahora), ¿veremos a otras marcas asumir también el compromiso financiero o continuaremos viendo siempre los mismos nombres? H&M, por ejemplo, ya ha invertido 10 millones de dólares en el Fashion Climate Fund del Apparel Impact Institute (Aii), dirigido a identificar y ampliar las soluciones climáticas más innovadoras. Bestseller, por su parte, se comprometió a financiar los 100 millones de dólares necesarios para el primer proyecto eólico marino a gran escala en Bangladesh. La red del Fashion Pact incluye a más de 160 marcas, que representan un tercio de la industria, entre ellas Adidas, Kering, Prada, Ralph Lauren e Inditex, el propietario de Zara. Para que este modelo de financiamiento colectivo sea eficaz, es esencial que más actores del sector se involucren activamente.
Aunque iniciativas como la Future Suppliers Initiative representan pasos importantes hacia la reducción de emisiones en la industria de la moda y merecen reconocimiento por su enfoque en prácticas de producción más limpias, también es necesario cuestionar su capacidad de lograr cambios de fondo. Al fin y al cabo, estos programas operan bajo la lógica del “green growth,” que busca un crecimiento económico continuo mientras se mitigan los daños ambientales, sin abordar las raíces estructurales del problema. Para lograr una transformación profunda y sostenible, se requiere también una inversión significativa en la búsqueda de nuevos modelos de negocio que prioricen el bienestar y la sostenibilidad sin depender del crecimiento perpetuo. En última instancia, avanzar hacia un entorno de post-crecimiento será esencial para que la moda y otras industrias se alineen con los límites planetarios y construyan un futuro realmente sostenible.