Esta es una pregunta que hemos tratado de responder durante todo 2020. ¡Pero era difícil! Había mucha información contradictoria y cada día aparecían nuevas afirmaciones y datos estadísticos que apoyaban argumentos completamente opuestos unos con otros.
Hoy conversaremos sobre cómo está impactando el COVID-19 en diferentes áreas de la sostenibilidad en la industria de la moda.
¿Cómo ha cambiado la COVID las prioridades en RSC y sostenibilidad en las empresas textiles y de moda?
Los problemas ambientales de la industria de la moda son bien conocidos y en este año 2020 se ha demostrado que las empresas aún no logran hacer realidad sus compromisos.
Pero la pandemia también ha destapado el costo social y humano que tiene el actual modelo de producción.
1. El COVID ha provocado un cambio de mentalidad
Por un lado, los consumidores están más sensibles a los impactos ambientales y sociales de la industria y están adaptando su comportamiento de compra en esta línea. Según un estudio de McKinsey, dos tercios de los consumidores encuestados afirman que se ha vuelto más importante limitar los impactos sobre el cambio climático (ODS 12). Además, el 88% de los encuestados cree que se debe prestar más atención a la reducción de la contaminación.
En la práctica, los consumidores ya han comenzado a cambiar sus comportamientos. De los consumidores encuestados, el 57% ha realizado cambios significativos en sus estilos de vida para disminuir su impacto ambiental, y más del 60% informa haber hecho todo lo posible para reciclar y comprar productos en envases ecológicos.
Pero además, durante el encierro se ha reducido la necesidad de ponerse un nuevo atuendo todos los días, ha mostrado el exceso de ropa de los armarios y que no es tan difícil verse actual con prendas de la temporada pasada.
Según el mismo estudio, los consumidores posicionan a la novedad como uno de los atributos menos importantes al realizar compras, lo que indica un cambio profundo en la actual mentalidad de los consumidores y sus prioridades al respecto de la industria.
2. El COVID ha promovido el aumento de la moda de segunda mano
En 2019, la moda de segunda mano ya daba muy buenas señales de que las personas empezaban a preferir comprar y alquilar ropa de segunda mano que comprar nueva. El informe de ThredUp de 2019 mostraba que el ritmo de crecimiento del mercado de segunda mano era mucho más alto que el del fast fashion.
Durante la pandemia, la compra online de segunda mano se ha disparado, probablemente acelerada por la necesidad de algunas personas de comprar cosas para sentirse mejor, acentuada por la reducción de la capacidad de compra de los usuarios.
El informe de 2020, después de la pandemia, no hace más que confirmar que esta tendencia se ha acelerado. Según ThredUp, el mercado de segunda mano llegará a los 64.000 millones de dólares en los próximos 5 años, lo que es aproximadamente un crecimiento de hasta 5 veces. Y no solo eso, el informe prevé una contracción de la facturación del retail de un 15% entre 2019 y 2021.
Además, durante la cuarentena, muchas personas empezaron a vaciar sus armarios, a reparar y actualizar su ropa y hasta a hacerse su propia ropa (ODS 12). Una tendencia de crochet de TikTok, provocada por los fanáticos que intentaban recrear un cárdigan multicolor usado por Harry Styles, fue tan pronunciada que V&A adquirió el tejido para su colección permanente.
3. El COVID ha alertado sobre el impacto de la moda en el cambio climático y la biodiversidad
La sensibilidad de los consumidores hacia los problemas sociales y ambientales se ha acentuado. La pandemia ha puesto en evidencia la debilidad de los sistemas humanos frente al poder del entorno y ha legitimado los avisos que venían dando científicos y organizaciones no gubernamentales de todo el mundo frente al peligro del cambio climático y la pérdida de biodiversidad (ODS 15)
Siguiendo la línea de los compromisos del Fashion Pact, tanto el Grupo Kering como Burberry han ya presentado estrategias de biodiversidad para enfocar sus acciones a reducir el impacto de la industria de la moda sobre la biodiversidad.
Por otro lado, en la cumbre de Glasgow en 2021, la industria ha actualizado sus compromisos con la lucha contra el cambio climático (ODS 13)
4. El COVID ha supuesto un retroceso importante en la lucha contra la pobreza y los.
El retroceso en el desarrollo y la calidad de vida ha sido notable y mucho más para unas personas que para otras.
Al inicio de la pandemia se demostró la falta de compromiso de las marcas las llevó a cancelar la producción y a no hacer frente a los pago de la producciones terminadas y las ya iniciadas. Esto llevó a millones de personas a la pobreza y miles de empresarios a la bancarrota (ODS 1).
Los países asiáticos como Bangladesh, Camboya y Vietnam fueron de los primeros en pagar el precio de la pandemia pero les siguieron la India, Myanmar, Guatemala, Honduras y los principales países productores de América Latina. Además, hemos visto como trabajadores de Gran Bretaña, Pakistán y China son explotados y hasta sometidos a trabajo esclavo (ODS 16).
Durante el mismo período, el movimiento Black Lives Matter también arrojó luz sobre las prácticas racistas de la industria, y muchas de sus instituciones se comprometieron a cambiar. Sabemos que la industria de la moda tiene un problema de diversidad no solo en su propia fuerza laboral sino también en las prácticas publicitarias racistas y discriminatorias que proyectan a la sociedad (ODS 10).
Más allá de los primeros momentos de atención que se impulsaron para hacer frente a estos escándalos sociales, no hay evidencia que el COVID haya impulsado la atención sobre los problemas sociales en la cadena de valor.
¿Cuál es el balance final del impacto del COVID y los avances de la industria de la moda en los Objetivos de Desarrollo Sostenible?
No podemos estar agradecidos por los retrocesos en la calidad de vida que han experimentado millones de personas en todo el mundo; sobretodo los más vulnerables, pero por otro lado, teniendo muy en cuenta esto, podríamos decir que ha tenido un balance ambiguo. Aunque para la acción que hemos visto en la industria, podríamos evaluarlo como positivo.
Me preguntarás ¿por qué considero esta situación como positiva?
Porque tanto los comportamientos de los consumidores como los compromisos de la industria han aumentado. Recuerda que la mayoría de acciones de las marcas tienen impactos en toda la cadena de valor, en todo el mundo. También en América Latina.
Por otro lado, los escándalos por problemas de explotación laboral, el trabajo esclavo y las débiles relaciones en la cadena de valor ya estaban teniendo lugar, y ha sido el fuerte impacto de la pandemia que ha levantado el velo que los cubría para exponerlos a la opinión pública y volverlos a poner en la agenda y tornarlos prioridad.
Ahora es necesario que pasen de los compromisos a la acción.
Descarga el Informe de Prioridades en Sostenibilidad para la Industria de la Moda para guiarte en la priorización de tus objetivos estratégicos a 2030. No pierdas el ritmo, no te quedes atrás en lo que está pidiendo la sociedad, y tus clientes.